Duncan McGlynn / Gettyimages.ru
El Gobierno del Reino Unido abandonó este lunes sus planes de invertir 250 millones de libras (unos 288 millones de dólares al cambio actual) en la construcción de un nuevo buque insignia que sustituya al Royal Yacht Britannia, el yate de la monarquía británica que estuvo en servicio desde 1954 hasta 1997.
Se suponía que el nuevo buque viajaría por el mundo a manera de una “embajada flotante” del país, pero este plan cayó víctima de la reducción del gasto público, informa Evening Standard.
La medida se produce antes de una declaración del Gobierno británico el próximo 17 de noviembre, en la que el canciller de Hacienda, Jeremy Hunt, podría anunciar importantes recortes de gastos y aumentos de impuestos.
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Los críticos habían dicho que el barco era un “proyecto de vanidad” del ex primer ministro Boris Johnson.
El comité de defensa del Parlamento advirtió el año pasado que “no había evidencia” de que el nuevo buque otorgue ventajas a la Marina Real británica, cuyo mantenimiento supone más de 30 millones dólares de gastos anuales, además del coste de producción.
El secretario de Defensa, Ben Wallace, explicó que, en cambio, busca adquirir un barco multifuncional de vigilancia oceánica para proteger las tuberías y cables submarinos en medio de las crecientes tensiones en torno a la crisis en Ucrania.
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